domingo, 25 de junio de 2017

BOLSO MATERNAL PACAPOD

La ventaja de tener un niño es que para el segundo lo tienes prácticamente todo nuevo y se puede aprovechar todo, cuna, carricoche, silla del coche, pero, a veces, la bolsa del carro se rompe o se gasta debido al trote. 
En mi caso fueron las dos cosas, las asas me quedaron amarillas y un asa se me rompió.

Había comprado un bolso de Tous Baby, pero era demasiado pequeño y al colocarlo en el manillar del Stokke Crusi no había sitio ni para meter la mano para sacar nada, no era nada práctico.

Y buscando por internet me volví a encontrar con esta marca: PACAPOD.

 
 Ya la había visto cuando buscaba un bolso maternal para mi niño mayor. Quería un bolso que me sirviera para llevar pañales, y todo el arsenal de cosas que llevamos cuando salimos con nuestros pequeños, o para salir un día sin el peque. Vamos, un bolso grande, pero moderno. Y después de mucho mirar y pensar, es que esta marca es bastante cara, me decidí por el modelo RICHMOND en gris.

PARTE DELANTERA

PARTE TRASERA


Bolsillo exterior de la parte delantera.



Me encanta el bolso, pero pesa bastante para llevarlo en el manillar, además, los enganches son un poco latosos para que hacer que sea fácil poner y quitar el bolso, cosa que hacemos muy a menudo, sobretodo, cuando vamos en coche.

Aunque el bolso me encanta creo que debería ser más ligero y llevar unos anclajes mejores.

No es impermeable, pero la tela tiene un revestimiento que hace que el agua resbale, cosa que buscaba porque en Asturias llueve cada dos por tres, y eso que ahora, lo hace con menos frecuencia.

El bolso está divido en dos departamentos individuales. Los dos llevan cremallera. La parte trasera lleva, a su vez incorporados otros dos departamentos individuales, uno para llevar comida y otro para pañales y toallitas. El departamento delantero tiene cierre con cremallera con bolsillos interiores y un colgador para llaves, en este departamento es donde guardo la ropa del peque, agua para el mayor y mis cosas. También lleva otro bolsillo donde está la marca del bolso que tiene cierre metálico, no es muy amplio, pero sirve para meter algún libro de pintar con sus pinturas para que el mayor se entretenga cuando salimos de casa.


Parte trasera con los dos compartimentos para llevar la comida y los pañales

Bolsillo interior, no es muy amplio, pero entra una muda limpia.


Bolsa isotérmica para los biberones y comida. Parte delantera.


Parte trasera con su correa para atar en el bolso y en el manillar del carro.


Interior de la bolsa.

Cubierta para el biberón para mantener el calor. 


Bolso individual isotérmico para biberones o termo.

Bolsa para pañales.

Bolsa para la ropa sucia.

Parte trasera bolsa de pañales y el cambiador.

Cambiador incluido.



Bolsa abierta.

Detalle del bolsillo donde se guarda una bolsa para la ropa sucia.

 
Si no se llevan las bolsas individuales, el bolso es bastante amplio, pero al llevar las los bolsas el compartimento para llevar nuestras cosas y la ropa se hace más pequeño, aunque para llevar una muda, nuestra cartera, el móvil y las llaves es de sobra. También podemos meter algún juguete.



Interior del compartimento principal si no se llevan las bolsas de la comida y pañales.

Enganches para las bolsas de pañales y de comida.
Dos asas que hace fácil colgarlo del hombro, pero también tiene otra correa que se puede dejar o quitar para llevar el bolso cruzado.




Anclajes para colgar del manillar.




En la parte inferior lleva cuatro anclajes para hacer que no toque el bolso el suelo.




Esta marca es bastante cara, sobretodo si la pedimos a su página web ya que es una marca inglesa y su precio es el libras, hay pocas tiendas españolas la vendan. Yo lo compré en la página web SHOPMAMI. Me encantó la página. A parte de estar a muy buen precio, el bolso me costó 74 euros. El envío fue muy rápido y correcto, pero lo que más me gustó la página es que puedes preguntarles cualquier cosa ya que tienen un chat directo y te resuelven cualquier duda que tengas respecto a cualquier producto. Yo les hice varias preguntas y gracias a que me resolvieron las dudas que tenía me decidí a comprarlo.

El bolso está muy bien, lo recomiendo, pero siempre tener en cuenta su peso.
Lo bueno de este estilo de bolsos es que cuando los peque se hacen mayores, los podemos seguir usando ya que no son nada infantiles.


martes, 9 de mayo de 2017

COMPRAS PARA EL BEBÉ

Yo creo que lo que más nos gusta a las mujeres es ir de compras y si las compras las hacemos para nuestros bebés, aún más.
Para mi segundo niño no me hizo falta comprar muchas cosas porque carricoche tenía el Stokke crusi del mayor como nuevo. Tampoco compramos cuna ni minicuna porque lo teníamos.
Sí le compré ropa para salir del hospital. Le compré un body, un traje y un pijama de Tuc Tuc y la manta que se la regaló su bisagüela, me hacía ilusión que estrenara algo para salir a ver mundo.
En cuanto a la ropa tampoco hacía falta comprar mucho porque puedo aprovechar del mayor, aunque siempre acabo comprándole algo para que sea sólo suyo. Además no me puedo resistir a no comprar nada.
Lo compré por primera vez fueron pañales desechables ecológicos, al menos al principio, toallitas también ecológicas y los biberones que nos estrenamos con los Twistshaker.

Los primeros pañales que le compré fueron los Naty que son ecológicos al igual que los Pingo. Pero debido a su elevado precio, el primero cuesta 6'50 euros el paquete de la talla 1 que tiene 26 unidades, que les dura muy poco tiempo, mejor empezar con la talla 2 que cuesta 9'75 euros el paquete de 34 unidades, y los Pingo cuestan 8`95 euros la talla 1 que tiene 27 unidades y 15'95 euros la talla 2 cada paquete de 42 unidades, me tuve que pasar a los Chelino que ya usé y quedé encantada con ellos, éstos cuestan 4'25 euros la talla 2, la talla 1 no la fabrican.




Los pañales Naty y los Pingo son pañales más ecológicos, son libres de perfumes, sin cloro, ni blanqueantes, ni plásticos, vamos que son mucho más sanos que el resto, pero por desgracia siguen siendo muy caros.




Los pañales que veis en la imagen son los Naty. Son muy suaves tanto por dentro como por fuera, aunque para mi gusto un poco anchos en la zona de la entrepierna, lo que hace que al peque se le vea mucha pañalada bajo la ropa, pero aguantan bien el pis y las cacas líquidas, tiene una gran barrera interior para mantener todo en su sitio, obviamente algún día puede haber alguna fuga, pero no es lo normal. Por lo demás muy bien, no huele el pis ni la caca más de lo normal, como por ejemplo me pasaban con los Dodot, a mí no me gustaron porque se olía a la legua si el peque tenía caca o pis.
Yo los recomiendo, por ponerles alguna pega es que son caros y no los encuentro en ninguna tienda física, sólo por internet.






Estos pañales son los Pingo también son muy suaves por dentro y por fuera como los anteriores, aunque éstos son más estrechos en la zona de la entrepierna. Aguantan muy bien las cacas líquidas y el pis son altos y tampoco huelen, y su barrera es de color azul y muy suave para la piel del bebé.

Los últimos pañales que os muestro son los Chelino. Ya los había usado con el mayor y quedé encantada, repito porque me gustaron y sobretodo repito por su precio.
Son suaves por dentro y por fuera, tienen una gran barrera y aguantan bien el pis y la caca.

La pega que les veo es que no son ecológicos, pero sí son baratos. Un paquete de la talla 2 cuesta: 4'25 euros un paquete de 28 unidades y la talla 3 cuesta: 5'55 euros un paquete de 36 unidades.

Los de la foto son de la talla 3 es que no me di cuenta dejar uno de la talla 2 para sacarle unas fotos para enseñar. Son muy originales, cada talla lleva un dibujo distinto y cada paquete viene con dos modelos distintos y distintos colores para distinguir las tallas.

Pañales Chelino por detrás.
También probé las toallitas de las dos marcas y me encantan, no huelen raro cuando limpias la caca, cosa que con las de dodot sensitive me pasaba, no soportaba el olor que dejaban al limpiarle el culete al mayor. Son libres de perfume, sin colorante, sin parabenos.



Las Naty tienen el cierre con una pegatina, no me gusta nada ya que con el uso deja de cumplir su función, aunque no se me secan las toallitas porque las guardo en un cajón junto con los pañales.
Me gusta mucho que salgan de una en una, odio sacar una toallita y que la otra se quede dentro teniendo que andar rebuscando para poder sacarla. No huelen a nada y son muy suaves. Tienen buen tamaño y limpian bien.




Pero las que más me gustan son las de Pingo, llevan cierre para que no se sequen con facilidad, salen de una en una y están  las estrujas tienen mucha loción, pero no son muy húmedas al tacto, limpian muy bien y tienen un dibujo. Son un poco más pequeñas que las Naty, pero siguen teniendo un buen tamaño.

Toallita Naty.
Toallita Pingo.
Los biberones que uso son los Twistshake y me encantan.

TWISTSHAKE de 180 ml.

Piezas de las que se compone el biberón.

Twistshake de 330 ml.
Me gustan sus colores y lo fácil que se limpian. Dicen que son anticólicos. Mi niño no tiene cólicos no sé si será por el biberón o porque no los tiene de por sí. Mi niño mayor tampoco los tuvo.
Con el mayor usé los biberones del Dr. Brown y quedé encantada con ellos, pero también me cansé un poco de lavarlos ya que tienen más piezas y más difíciles de lavar. Con estos biberones no tengo ese problema, además de limpiarse muy bien, la leche se deshace bien, no quedan grumos.
Está bien que lleven un departamento para almacenar la leche cuando sales de casa.
He comprado 3, uno de 180 ml, que ya me queda pequeño, y dos de 330 ml.

Los pañales, toallitas y biberones los he comprado en BEBITUS. Es una tienda on-line especializada en productos de bebé. Tienen un montón de ofertas y muy buenos precios en todo. Y siempre tienen 5 euros de descuento si compras al menos 1 paquete de pañales. Son muy rápidos, puedes pedir hoy y te lo entregan en casa en 24/48 horas y te resuelven cualquier duda que tengas de cualquier producto. A mí me gusta mucho comprar en ella por sus buenos precios y su rápida entrega. La recomiendo 100%.

sábado, 15 de abril de 2017

" ES MÁS FÁCIL VESTIR A UN NIÑO QUE A UNA NIÑA "

" Es más fácil vestir a un niño que a una niña ".
Repito el título del post porque aún no me he quitado de la cabeza esta gran frase que dijo una mamá del cole que tiene una niña de 3 años como ni niño mayor, y cada vez que me acuerdo me dan ganas de echarme a reír.
Pero no es por lo que pensáis, no es porque haya más ropa para escoger de niña que de niño, no, la cosa viene porque la niña dice que no quiere ponerse la ropa que cada día su madre le prepara para ir al cole.

A ver señores, los niños y las niñas opinan de todo, de los playeros que les compramos, de los pantalones, los vestidos, de que ese color hoy no me gusta, que no quiero comer la comida, que quiero ir al parque en lugar de ir al supermercado. Los niños y las niñas opinan de todo, la cosa está en que TÚ les hagas caso o no. 

Mi niño, alguna mañana para ir al cole, me dice que no le ponga ese pantalón o esa sudadera, pero a mí me da igual porque su razón es PORQUE NO QUIERO. Si me dijeras que es porque no sabe quitarse la sudadera y la profe no se la quita, que no es el caso, y pasa mucho calor, pues yo no se la pongo, pero porque no le da la gana ponérmela, va a ser que no, no me convences. Pues lo mismo pasa con las niñas, hay que decirles que: " NO VAS A HACER LO QUE TE DE LA GANA ". Porque si con 3 años empiezas a hacerles caso, cuando quieran salir, con 16 años, aunque ahora ya quieren con 12 años, y les digamos que no, ellas y ellos no nos van a hacer ni caso porque nunca les dijimos NO a nada.

Yo creo que hay que poner límites y justificar las cosas de alguna manera. No que ellos digan que no quieren y nosotros les dejemos hacer a su antojo, porque cuando sean mayores no va a haber quien los controle.

En fin, cada uno educa como quiere, pero las tonterías que se las guarden para ellos, no hace falta que las compartan con el resto del mundo.

domingo, 2 de abril de 2017

LACTANCIA ARTIFICIAL: UNA DIFÍCIL DECISIÓN

Ya han pasado 39 días desde que mi niño llegó a este mundo y, como me pasó con el primero, el tiempo me está pasando volando. Por eso, hay que aprovechar cada minuto con nuestros pequeños que crecen muy rápido.

Hoy os quiero hablar de lo difícil que me fue tomar la decisión de dar a mi pequeño el biberón y no el pecho. Me sentía mala madre de no poder alimentar a mi pequeño, de no haberlo intentado lo suficiente, pero a día de hoy y viendo que mi niño gana peso, todas esas dudas se me fueron y me siento afortunada de poder alimentar a mi hijo.


Yo tenía claro que quería lactancia materna y cuando me llevaron a mi niño a la habitación, cuatro horas después de haber dado a luz, lo primero que hicimos fue ponerlo al pecho, pero nada no quería, no tenía importancia, más tarde probaríamos.

Más tarde probamos y más de lo mismo.
Ponerlo al pecho era un suplicio para él y para mí. Yo no me podía colocar bien en la cama porque me dolía mucho la herida de la cesárea y, encima, me molestaba la vía por la que me suministraban los medicamentos.
Mi niño seguía sin engancharse al pecho y yo me desesperaba cada vez más.
El peque no comía y al no comer no hacía pis ni caca.
Les pedí ayuda a las enfermeras que le dieran biberón de refuerzo, pero nada, tampoco lo quería.
Se pasó una noche entera sin comer.
Al día siguiente vino una enfermera y con más paciencia que el santo se puso conmigo para ver que le pasaba.
Yo me levanté y probamos sentados en la silla, el peque se enganchaba bien, pero no chupaba. La enfermera cogió una jeringuilla con leche y mientras estaba al pecho le daba un poco de leche para que fuera succionando, así unas 2 horas pero al menos chupaba algo y en la siguiente toma parecía que lo cogía con ganas, pero no, dos chupetadas y nada más.

No había manera de que comiera, yo estaba débil, cansada, dolorida y con fiebre. Después de estar todo el día peleando con él para que comiera y ver que no lo hacía, decidí que le dieran biberón de refuerzo, al ver que el biberón lo cogía y con todo el dolor de mi corazón decidí dejar el pecho.

En todo momento las enfermeras me apoyaron, me decían que si lo había pensado bien, que el pecho era lo mejor, y sí ya lo sé, pero cuando una ve que su hijo no se alimenta, que lo pones al pecho y era como torturarle y al quitarlo se aliviaba, decidí pasarme al biberón por el bien de mi niño.

Me sentía muy mal por tomar esa decisión. Me lo pensé muchísimo, pero no podía ver a mi niño llorar desconsolado porque tenía hambre y no podía comer. Me vino a la mente mi experiencia anterior. Sí, sé que no tiene porqué ser igual, pero me acordaba de lo mal que lo pasé con mi primer hijo, con el pecho perdía peso, hicimos lactancia mixta durante dos meses y al final mastitis para dejar definitivo la lactancia materna, quizás me rendí muy pronto, pero no podía ver a mi niño sufrir sin comer y sin hacer pis ni caca.

Ya sé que el pecho es lo mejor, le transmitimos defensas a nuestros hijos, es barato, lo llevas siempre contigo y siempre está calentito y sí, es una sensación maravillosa que sientes con tu hijo, es algo sólo tuyo nadie más puede sentir lo que una madre siente al alimentar a su pequeño con el pecho, pero cuando no se quiere o no se puede tenemos la lactancia artificial, para mí fue una decisión difícil, pero al ver que en la revisión del mes mi niño ha engordado 500 gr., está sano y bien alimentado, ya no me duele tanto la decisión que tomé. Eso sí, siempre sigo las recomendaciones de mi pediatra porque no quiero "cebarle" y que parezca una bolina.

Sólo decir que se debe respetar y apoyar a las madres que no pueden o no quieren dar el pecho. Todas sabemos lo que es mejor para nuestros hijos e intentamos hacerlo lo mejor posible, por eso, la gente que no respete nuestras decisiones no merecen nuestra atención.

Sois muy buenas madres y no penséis lo contrario. Pensar que una buena madre siempre quiere lo mejor para sus hijos y da igual que sea con el pecho o el biberón lo importante es alimentar a nuestros hijos para verlos crecer sanos y fuertes.

sábado, 18 de marzo de 2017

POST - PARTO O PUERPERIO

El post-parto o puerperio dura 40 días y es algo de lo que no se habla y muchas mamás primerizas no saben con lo que se van a encontrar.
Durante este periodo podemos estar sangrando los 40 días. Después de este periodo volvemos a la consulta del ginecólogo para hacer una revisión y ver que todo va bien.
Con respecto al sangrado, el flujo va cambiando según van pasando los días, lo mismo que con la regla. Unas mujeres sangran más, otras menos, pero lo que sí es seguro es que el flujo va cambiando, más o menos durante una semana se sangra más, luego el flujo disminuye y cambia de color, pasa de ser rojo intenso a marrón.
Con una cesárea el sangrado vaginal es menor, en mi caso menos que una regla, eso sí, los loquios son más dolorosos, yupi, la recuperación de un segundo parto es más dolorosa que con un primero.

Pues si esto es poco al llegar a casa te encuentras cansada. Hemos pasado por un parto y no podemos dormir lo suficiente porque el pequeño te necesita a cada momento, sobretodo si se da lactancia materna ya que el pequeño la pide a demanda y tienes que estar disponible cada vez que te necesite. Con el biberón es igual en cuanto a las tomas ya que hay que controlar el reloj porque el peque debe comer cada 3 horas, pero es más relajado porque el biberón se lo puede dar otra persona que seas tú.

En mi caso al ser el segundo hijo creía que el post-parto iba a ser distinto, que ya sabía de que iba y que controlaría mejor la situación, pero no. Tenía y tengo las hormonas revolucionadas y a esto hay que añadir el dolor que siento al moverme, no me puedo ni levantar de la cama porque el dolor me impide moverme con normalidad, pero más abajo os cuento el porqué, y encima tengo otra preocupación que con el primero no tenía, mi niño mayor.
Como os decía tengo las hormonas revolucionadas, soy como una montaña rusa andante.
Lloraba por todo, por no saber que comer, por sentirme inútil y no poder moverme con normalidad, lloraba por el dolor, si mi niño el mayor lloraba yo también, lloraba porque se me había olvidado coger el pañal para cambiar al pequeño, tenía y tengo miedo de desplazar al mayor. Intentamos integrarlo en todos los cuidados del pequeño, pero sin agobiarlo, y le hacemos comprender que a veces hay cosas que no se pueden. La mayor pena que tengo es no poder cogerlo a cada momento. Lo achucho mucho, pero él quiere que lo coja. Le explico que ahora mamá no puede coger pesos y que él ha crecido mucho y que pesa un montón, que tiene que esperar un poco, hasta que mamá vaya al médico y le de permiso. De momento se conforma con eso. Así que cuando me pide un abrazo lo estrujo todo lo que puedo, pero siempre con cuidado para no hacerme daño.


En mi caso la primera dificultad del post-parto fue la cesárea. Con esta ya son dos y creía que iba a ser como la primera, pero no. La primera fue la novedad y era dolorosa, sí, pero cada vez que pasaban las horas notaba mejoría, pero con esta me pasaba todo lo contrario y ahora os explico el porqué.

Esta segunda cesárea fue más dolorosa que la primera porque se me infectaron los puntos, sí, si tenía poco con esto rematé.

Salí del hospital a las 72 horas de haber dado a luz y dos días después de estar en casa tuve que ir por urgencias porque tenía fiebre.
Al verme la ginecóloga la herida ya no le gustó su aspecto, la tenía roja y al apretarla salía pus, me estuvo apretando la herida para que saliera el pus y sangre que tenía ahí acumulada y que sólo me estaba dando la lata.
Me dejó una parte de la herida abierta para que fuera supurando y no quedara estancado el pus, me dio un antibiótico y me tuve que seguir curando en el centro de salud.

Las curas me las estaba haciendo la matrona que me apretaba la herida para que saliera el  pus, y vaya si salía. La verdad es que duele, pero así iba notando mejoría. Me dejó otro lado abierto para que siguiera supurando. Ya eran dos lados los que tenía abierto para que la herida fuera supurando y así no se me volvería a acumular.
La primera semana de dar a luz ni me movía. Sentía un dolor tan grande que me impedía moverme con normalidad. No pedía ponerme al saltar, pero sí poder ir al colegio a llevar a mi niño el mayor o poder ir al médico sin tener que llevarme en coche.
Para que os hagáis una idea, yo tengo el médico a unos 10 minutos de casa caminando normal, pues el primer día que fui a curarme tardé casi una hora en dar la vuelta.
Ahora 25 días después, me manejo muy bien, ya no tengo ese dolor tan intenso que me impedía levantarme del sofá, y puedo ir a buscar a mi niño al colegio.
Estuve 20 días curándome con la matrona y ahora ya tengo la herida cerrada. Lo que hago es limpiar bien la herida todos los días y le echo betadine.

No penséis todos los post partos son así. Hay mujeres que ni se enteran y otras padecen depresión post-parto.
Para llevarlo mejor hay que dejarse ayudar y relegar en algunas tareas del hogar porque nosotras no llegamos a todo, intentamos controlarlo todo, pero no podemos, no somos superwoman.

Otro problema con el que me encontré en mi post-parto fue con la lactancia materna.

No pude darle el pecho. Pero eso os lo cuento en otro post.

Todas las madres sabemos que lo mejor para nuestros hijos es la lactancia materna, pero:

NO SIEMPRE SE PUEDE DAR LACTANCIA MATERNA O NO SE QUIERE.
TODA DECISIÓN QUE TOME LA MADRE CON RESPECTO A LA ALIMENTACIÓN DE SU HIJO ES TOTALMENTE RESPETABLE.



miércoles, 8 de marzo de 2017

MI SEGUNDO PARTO



Hace tiempo que no escribo ya que me cuesta sacar tiempo entre el pequeño, el mayor, la casa y cuidarme yo, que si bien la cesárea es dura de por sí ahora tengo que añadirle que se me han infectado los puntos, vamos que si tenía pocos dolores ahora rematé.

Pero vamos a entrar en materia.

El lunes 20 de Febrero me dieron cita para monitores, el ingreso y provocación del parto, ya que cumplía 41+5, pero cual fue nuestra sorpresa al llegar al hospital y ver la sala llena de gente. Nunca nos había ocurrido, siempre que íbamos estaba vacía. Pues bien, había 3 embarazadas esperando, familiares de otras 4 chicas que estaban de parto, así que aquello iba para largo.

Tres cuartos de hora más tarde me llaman y me comentan que vamos ha hacer monitores y después eco para ver como se encuentra el bebé y, si no hay síntomas de parto ( yo no tenía dolores de ningún tipo ), me iría para casa que no tenía cama ni en dilatación ni en planta.
Hago monitores, voy a hacerme la eco y todo bien. Me dan cita para "ingresar" al día siguiente.

Martes 21 de Febrero, ya son 41+6. Vuelvo a monitores y nos encontramos el mismo panorama de ayer. La sala repleta de gente y las mismas chicas que nos vimos ayer.
A todas nos pasó lo mismo, ninguna tenía síntomas de parto, así que todas para casa y revisión al día siguiente. Eso sí, si rompíamos bolsa, teníamos sangrado o contracciones acudir por urgencias.

Otra vez toca esperar. Entro en cinturones y esta vez me quedo.
Hago cinturones, pero a la ginecóloga no le gusta lo que ve porque el peque presenta taquicardias. Ya me preocupa.
Me dice que esté tranquila, que me van a controlar más tiempo con el monitor a ver si la dinámica del peque cambia, sino ya no me lo provocan y me hacen una cesárea de urgencia.

Dos horas después de monitores, la dinámica ha bajado y deciden inducirme el parto. Comienzan con propex para ablandar el cuello del útero y que me comiencen a dar contracciones, ya que esta el momento no tenía ni una, sí, las tenía esporádicas, pero nada que hiciera sospechar que me pusiera de parto.

Me van a dejar la medicación doce horas. Así que espero en monitores porque no tengo cama ni en dilatación ni en la planta, está todo saturado y tienen que empezar a dar altas para todas las que vamos detrás.

Mientras estaba esperando monitores, han pasado a la camilla de al lado unas cinco chicas, una chica que ya estaba de parto, otras dos que les dieron la vuelta porque tienen contracciones, pero aún no son contracciones de parto y otras dos que hacía el control de rutina.

A las 16:00 me asignan habitación y me mandan a planta, y cuál es mi sorpresa que voy con otra chica que estuvo conmigo por la mañana en monitores y le dieron la vuelta porque no estaba aún de parto, por la tarde volvió con la bolsa rota y ya se quedó, ella estaba en la habitación de al lado.

Mientras esperaba a que las contracciones fueran a más me entero que otra chica con la que compartí monitores el lunes y martes, también había ingresado por bolsa rota y había dado a luz a su niña.
Yo seguía esperando a que las contracciones fueran a mayores y a que me llamaran para hacer otro monitor y controlar a mi pequeño.

A las 21:00 ya empiezan a ser más fuertes las contracciones y me bajan para hacer monitores. Mi pequeño se encuentra bien, no tiene taquicardias y mis contracciones son mayores y empiezan a ser molestas, pero nada serio.

A las 00:00 me bajan a dilatación porque ya han pasado las doce horas de la medicación y me la van a retirar. Las contracciones son molestas pero al ver la gráfica nos damos cuenta que no son importantes, vamos que tenía que dibujar aquello el Everest y sólo se vería una diminuta montañita que servía para desesperarme más.

Después de retirar la medicación me mandan para la habitación y los dolores se vuelven cada vez más frecuentes y más dolorosos, y para colmo comienzo a vomitar. Lo peor de todo es tener dolores y vómitos, no te puedes doblar, no controlas las contracciones, es algo que no deseo a nadie. Se lo comento a las enfermeras y me vuelven a bajar a dilatación. Había pasado una hora y media desde mi última visita. Cuando me ve la matrona me dice que no estoy para parto, claro, ya lo sé, pero es que no puedo con el alma, me dieron medicación para los vómitos, me dieron un calmante y me mandaron otra vez para la habitación.

Ya no miré más el reloj así que no sé cuando me dormí, porque sí, con el calmante conseguí dormir, al menos hasta las cuatro de la mañana cuando rompo aguas. Vuelvo a llamar a la enfermera y otra vez vuelta para dilatación. La matrona ya se reía al verme por allí. Me ve la ginecóloga y sí, he roto la bolsa, me ponen monitores y a la enfermera le cambia la cara. Viene la ginecóloga y me dice que mi niño vuelve a tener taquicardias, me dan un zumo y me dejan el monitor otro poco más, mientras me dicen que me relaje y si puedo dormir que descanse. Eso intento, intento descansar sin contracciones, pero con el pesar de que algo no va bien con mi pequeño. A las 6:00 de la mañana del miércoles 22 de Febrero, la gine me dice que no espera más y que me va a hacer una cesárea de urgencia. Mi niño no mejora y lo tenemos que sacar ya.

Ya se me fueron los nervios, hasta que entré en quirófano, pronto vería a mi niño, ya no sufriríamos más ni él ni yo.

Mi niño nació a las 06:35, sano y bien, pesó 3540 y midió 54 cm. Me quedé alucinada con lo que midió, porque me parecía muchísimo, pero era tan guapu. Me lo pusieron encima del pecho y lo pude sujetar unos minutos, la matrona estaba a mi lado para que no me cayera. Fue precioso.
En este parto me dejaron tenerlo, besarlo y olerlo, cosa que con el primero no me pasó, casi tuve que rogar que me lo enseñaran y sólo le pude dar un beso antes de que se lo llevaran a la incubadora.
Espero que sigan cambiando las cosas y que dejen actuar más a las mamás en una cesárea y si no es posible porque la madre esté dormida que se lo dejen al padre para que haga piel con piel.

Lo que mejor recuerdo de ese momento es el calor que desprendía en mi pecho. Yo sentía mucho frío y su calor, su llanto y ver lo sano que estaba me calmó.

Por lo demás no sé a que hora acabaron ni me llevaron a la UCI para la recuperación porque el anestesista, al verme tan nerviosa me ofreció un calmante y le dije que sí, a ver si me relajaba un poco, estaba temblando de nervios, me puso el calmante y me dormí. Pude descansar antes de que me subieran a planta.

Todo fue bien. La cesárea fue normal, no hubo ninguna complicación y mi niño y yo no encontrábamos bien.
Unas cuatro o cinco horas después de haberme llevado a quirófano ya estaba en la habitación con mi niño.

Tener a mi niño en brazos es algo que no puedo describir, es una emoción muy grande, un amor tan inmenso y una serie de emociones que te embarga por completo. He vuelto a vivir mi primer parto y he vuelto a tener los mismos sentimientos que con el primero.

Ahora toca descansar porque me está costando recuperarme, pero con mis niños al lado y mi marido que en todo momento me ha ayudado y me ha apoyado, será todo más fácil.



jueves, 2 de marzo de 2017

YA ESTÁ AQUÍ NUESTRO PEQUEÑO

Sé que estoy un poco desconectada, pero esto de ser "bimadre" y recuperarse de una cesárea no es tarea fácil. Pero lo más importante es que ya tenemos con nosotros a nuestro pequeño, que la final, se hizo de rogar. 
El día que tenía pensado ingresar me dieron la vuelta para casa porque estaban saturados de partos y no había camas, y como yo no tenía síntomas de parto y los monitores eran normales, pues nos fuimos a casa a ver si me ponía de parto, pero no.
El marte 21 ingresé y ya me comenzaron a provocar el parto, pero nada, al final acabó siendo una cesárea de urgencia porque el peque tenía taquicardias. Por suerte todo salió bien y tanto el peque como yo nos encontramos bien, ahora a recuperarse poco a poco. 
Espero retomar pronto los post y os cuento con más detalle el parto.



lunes, 20 de febrero de 2017

Y POR FIN LLEGAMOS AL FINAL DEL EMBARAZO

Sí, por fin, llegamos a la etapa final. Después de 12 días fuera de la fecha de parto prevista, por fin hoy vamos a conocer a nuestro pequeño.

Parecía imposible, pero no, aquí estamos, en la semana 41+ 5.

Desde la semana 40 voy a monitores cada dos días.
Sigo con contracciones que no nos llevan a nada. Sigo con el cuello cerrado aunque blando, y han decidido que hoy ingrese temprano para inducirme el parto. Me habría echo mucha ilusión ponerme de parto por mi misma, pero cuando las cosas no vienen como una quiere habrá que hacer lo mejor para el pequeño.

Lo primero que me van a hacer es ponerme los monitores y después decidirán la medicación que me ponen para la inducción. Lo bueno, esta vez, es que viene de cabeza y, si la medicación funciona y dilato, podemos tener parto vaginal, sino me harán cesárea.
La diferencia con mi otro parto es que no me van a dejar más de 12 horas dilatando, si no consigo dilatar con la medicación me harán cesárea para que mi cicatriz anterior no me cause problemas, este un riesgo que el ginecólogo siempre me ha comentado.

Lo cierto es que todas las mamás tenemos en mente nuestro parto ideal, pero, a veces, las cosas no son como las imaginamos, pero lo que sí tenemos claro es que queremos que nuestros pequeños nazcan sanos y que no sufran en todo el proceso.

Ahora que sé que es el final, me estoy poniendo más nerviosa. Incluso estoy más nerviosa que con el primero. Dicen que es normal, que las que ya somos mamás somos "peores" que las primerizas porque ya sabemos como va. Pero lo cierto es que siempre estás pensando que todo vaya bien y que el peque que se queda en casa se encuentre bien y que no note mucho el cambio, cosa que me parece imposible.
Intentaremos que el mayor se sienta a gusto con la nueva situación.

Me agobia pensar en otra inducción, que probablemente acabará en cesárea, ( aún sueño con mi parto vaginal ), pero más me agobia pensar que todo salga bien. Lo más importante es el bienestar de mi pequeño, que nazca sano.

miércoles, 15 de febrero de 2017

CAMBIOS DE MI NIÑO ANTE LA LLEGADA DE UN HERMANO

Últimamente hemos notado unos cambios en nuestro pequeño ante la llegada de su hermano.

Cada vez que me ve la barriga me dice que tengo la más "gorda" y creo que ya se va haciendo a la idea de que algo está pasando.

No creo que entendiera eso de que "iba a tener un hermanito", porque no lo veía, pero la barriga crece y sabe que algo pasa ahí dentro.
Le hemos explicado que la barriga crece a medida que el hermanín también lo hace.

Pues bien, hasta la profesora ha notado cambios en su manera de ser. Está más mimoso, llora por nada, te dice "te quiero" a todas horas, necesita contínuamente atención, tiene mucha mamitis  y, todo ésto, le pasa en casa y en el cole. En casa me tiene a mí, pero en el cole va detrás de la profe y cuando llega la hora de salir, le pregunta si su mamá va a ir a buscarlo, y ahora, todos sus compañeros preguntan si voy a buscarlo, a lo que alguno le responde que si su mamá está tiene que esperar otro día para conocer a su hermanín. Estos críos no sabes por donde van a salir. Están todos pendientes de si habrá nuevo miembro en la entrada y salida del colegio.

Intentamos explicarle que los mimos no le llevan a nada, pero si necesita un beso o un abrazo no se lo negamos. Es más a mí me encanta ya que últimamente se estaba haciendo más independiente. Mi niño ha dejado de ser un bebé para convertirse en un niño.
Le explicamos que no siempre se puede hacer todo cuando él quiera, que a veces hay que esperar. También intento explicarle que mamá siempre estará para lo que necesite, pero no siempre es de inmediato.
También le explicamos que las rabietas no le llevan a nada.

De momento está muy ilusionado, incluso ha preguntado a sus compañeros que nombre les gustaba para su hermanín. Dijo que en casa teníamos tres nombres y cuál era el que a ellos les gustaba. También dijo que la profe le dio permiso para llevar al hermanín a clase y presentárselo a sus compañeros, cosa que la profe dijo que no, que ella no había dicho nada.
Nos hizo tanta gracia que no pudimos parar de reir en un buen rato.

En casa, intentamos que participe en todo.
Le pido opinión sobre la ropa que le hemos comprado, le ha comprado un chupete e incluso me ha ayudado a colocar sus pañales y a guardar la ropa.
Dice que cuando nazca le va a cambiar el pañal y le va a dar el chupete y el biberón.

Tenemos un regalo para él cuando nazca su hermano, para que vea que es importante, que a partir de ahora va a ser el hermano mayor. No sé si haremos bien o mal, pero queremos que no se sienta mal.

Desde que me quedé embarazada estoy dándole vueltas a la cabeza de como voy a atender a los dos sin perjudicar a ninguno. Sé que hay momentos, sobretodo con lactancia materna, que no puedes atender a sus necesidades y, también sé que nos va a resultar difícil a los dos. Pero creo que las situaciones se irán solucionando o lidiando cuando nos encontremos ante ellas, ya que todo lo anterior son conjeturas y dolores de cabeza innecesarios antes de tiempo.


sábado, 11 de febrero de 2017

SEMANA 40

Después de todo llegamos a la semana 40.
Tanto que me decía el gine, desde la semana 37 más concretamente, que se podía adelantar en cualquier momento, y nosotros, ya nos habíamos echo a la idea que llegaría antes. Pues bien, aquí sigo, en la semana 40+3.
 Me siento hinchada, cansada, pesada, a veces me cuesta respirar, depende de como el pequeñajo se coloque, y con contracciones.
Las contracciones no son regulares, puede que me den cada cinco minutos, pero no muy intensas y duran sólo unas horas, después nada de nada.

Hoy fue mi primera visita en monitores y todo sigue igual.
Me gusta ir a monitores porque oyes el corazón del peque, es alucinante lo rápido que late, parece una manada de caballos desbocados.
Para las que nunca habéis ido a monitores o cinturones, cada una lo llama de distinta manera, no es nada. Te tumbas en una cama, te colocan unos cinturones alrededor de la tripa y buscan el latido del peque.
Puede que te tomen la tensión y te hacen preguntas sobre este embarazo y si tuviste embarazos anteriores.
Se tarda unos 20 minutos y si todo está bien para casa y cita la semana que viene, ese es mi caso. Tengo cita para la semana 41 a la que creí que no llegaría, pero viendo lo visto no sé si también sumaré la semana 42.

La verdad que en este segundo embarazo estoy más impaciente que con el primero, no sé si es porque sé como va, o por la incertidumbre de cuando me pondré de parto o porque ya tengo ganas de tener a mi niño en brazos, aunque sé que después echaré de menos la barriga.
Todos lo esperamos con mucha impaciencia.