sábado, 18 de marzo de 2017

POST - PARTO O PUERPERIO

El post-parto o puerperio dura 40 días y es algo de lo que no se habla y muchas mamás primerizas no saben con lo que se van a encontrar.
Durante este periodo podemos estar sangrando los 40 días. Después de este periodo volvemos a la consulta del ginecólogo para hacer una revisión y ver que todo va bien.
Con respecto al sangrado, el flujo va cambiando según van pasando los días, lo mismo que con la regla. Unas mujeres sangran más, otras menos, pero lo que sí es seguro es que el flujo va cambiando, más o menos durante una semana se sangra más, luego el flujo disminuye y cambia de color, pasa de ser rojo intenso a marrón.
Con una cesárea el sangrado vaginal es menor, en mi caso menos que una regla, eso sí, los loquios son más dolorosos, yupi, la recuperación de un segundo parto es más dolorosa que con un primero.

Pues si esto es poco al llegar a casa te encuentras cansada. Hemos pasado por un parto y no podemos dormir lo suficiente porque el pequeño te necesita a cada momento, sobretodo si se da lactancia materna ya que el pequeño la pide a demanda y tienes que estar disponible cada vez que te necesite. Con el biberón es igual en cuanto a las tomas ya que hay que controlar el reloj porque el peque debe comer cada 3 horas, pero es más relajado porque el biberón se lo puede dar otra persona que seas tú.

En mi caso al ser el segundo hijo creía que el post-parto iba a ser distinto, que ya sabía de que iba y que controlaría mejor la situación, pero no. Tenía y tengo las hormonas revolucionadas y a esto hay que añadir el dolor que siento al moverme, no me puedo ni levantar de la cama porque el dolor me impide moverme con normalidad, pero más abajo os cuento el porqué, y encima tengo otra preocupación que con el primero no tenía, mi niño mayor.
Como os decía tengo las hormonas revolucionadas, soy como una montaña rusa andante.
Lloraba por todo, por no saber que comer, por sentirme inútil y no poder moverme con normalidad, lloraba por el dolor, si mi niño el mayor lloraba yo también, lloraba porque se me había olvidado coger el pañal para cambiar al pequeño, tenía y tengo miedo de desplazar al mayor. Intentamos integrarlo en todos los cuidados del pequeño, pero sin agobiarlo, y le hacemos comprender que a veces hay cosas que no se pueden. La mayor pena que tengo es no poder cogerlo a cada momento. Lo achucho mucho, pero él quiere que lo coja. Le explico que ahora mamá no puede coger pesos y que él ha crecido mucho y que pesa un montón, que tiene que esperar un poco, hasta que mamá vaya al médico y le de permiso. De momento se conforma con eso. Así que cuando me pide un abrazo lo estrujo todo lo que puedo, pero siempre con cuidado para no hacerme daño.


En mi caso la primera dificultad del post-parto fue la cesárea. Con esta ya son dos y creía que iba a ser como la primera, pero no. La primera fue la novedad y era dolorosa, sí, pero cada vez que pasaban las horas notaba mejoría, pero con esta me pasaba todo lo contrario y ahora os explico el porqué.

Esta segunda cesárea fue más dolorosa que la primera porque se me infectaron los puntos, sí, si tenía poco con esto rematé.

Salí del hospital a las 72 horas de haber dado a luz y dos días después de estar en casa tuve que ir por urgencias porque tenía fiebre.
Al verme la ginecóloga la herida ya no le gustó su aspecto, la tenía roja y al apretarla salía pus, me estuvo apretando la herida para que saliera el pus y sangre que tenía ahí acumulada y que sólo me estaba dando la lata.
Me dejó una parte de la herida abierta para que fuera supurando y no quedara estancado el pus, me dio un antibiótico y me tuve que seguir curando en el centro de salud.

Las curas me las estaba haciendo la matrona que me apretaba la herida para que saliera el  pus, y vaya si salía. La verdad es que duele, pero así iba notando mejoría. Me dejó otro lado abierto para que siguiera supurando. Ya eran dos lados los que tenía abierto para que la herida fuera supurando y así no se me volvería a acumular.
La primera semana de dar a luz ni me movía. Sentía un dolor tan grande que me impedía moverme con normalidad. No pedía ponerme al saltar, pero sí poder ir al colegio a llevar a mi niño el mayor o poder ir al médico sin tener que llevarme en coche.
Para que os hagáis una idea, yo tengo el médico a unos 10 minutos de casa caminando normal, pues el primer día que fui a curarme tardé casi una hora en dar la vuelta.
Ahora 25 días después, me manejo muy bien, ya no tengo ese dolor tan intenso que me impedía levantarme del sofá, y puedo ir a buscar a mi niño al colegio.
Estuve 20 días curándome con la matrona y ahora ya tengo la herida cerrada. Lo que hago es limpiar bien la herida todos los días y le echo betadine.

No penséis todos los post partos son así. Hay mujeres que ni se enteran y otras padecen depresión post-parto.
Para llevarlo mejor hay que dejarse ayudar y relegar en algunas tareas del hogar porque nosotras no llegamos a todo, intentamos controlarlo todo, pero no podemos, no somos superwoman.

Otro problema con el que me encontré en mi post-parto fue con la lactancia materna.

No pude darle el pecho. Pero eso os lo cuento en otro post.

Todas las madres sabemos que lo mejor para nuestros hijos es la lactancia materna, pero:

NO SIEMPRE SE PUEDE DAR LACTANCIA MATERNA O NO SE QUIERE.
TODA DECISIÓN QUE TOME LA MADRE CON RESPECTO A LA ALIMENTACIÓN DE SU HIJO ES TOTALMENTE RESPETABLE.



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