jueves, 18 de febrero de 2016

DULCES SUEÑOS



Lo primero que te dicen otros padres cuando saben que vas a tener un bebé es que aproveches para dormir porque después es complicado.

 ¡¡ Qué razón tienen !!

Mis noches de descanso se acabaron al dar a luz, ya que durante todo el embarazo dormí como una marmota, era ir para la cama y me quedaba frita. Tuve la suerte de no tener insomnio ni una noche, ni que me molestara la barriga, lo cuál agradecí. Pero ese descanso desapareció cuando nació el peque.

Nada más nacer ya me dijeron que le despertara cada 3 horas para darle de comer, a veces, no pasa ese tiempo y ya se despertaba llorando deseoso de comer. Yo me tiraba una hora dándole el pecho. Y al poco, vuelta a empezar.

He escuchado y leído que bebés con 1 mes duermen 7 horas seguidas. ¿ Suerte para los padres o no siguen las recomendaciones del médico ?

Nuestro caso fue que perdía peso y cada 3 horas le tenía que despertar para que comiera.
Con 6 meses seguía durmiendo en nuestra habitación en su minicuna y cada vez que me movía se despertaba, ahí decidimos pasarlo a su habitación y su cuna. El cambio fue muy bueno, no extrañó, pero seguía tomando el biberón y me tenía que levantar unas 4 ó 5 veces por la noche.

Ya han pasado dos años y todavía quiere el biberón una vez de madrugada.

En la revisión de los dos años la enfermera de pediatría me dijo que tenía que dejar de darle el biberón y le comenté que lo seguía tomando de madrugada, pues, como no, la culpa mía por dárselo.

Sí, claro que es mi culpa, pero a ver quienes son los guapos que aguantan al retoño "berrar" ( llorar a pleno pulmón ) a las 3, 4 ó 5 de la mañana. Porque esa es otra, no tiene horario fijo.
Ya probé a darle agua, la cena más tarde, y cena bien ( ayer le di sopa, un filete de lenguao con brócoli y un yogurt ), pues quiere su bibi. Y no es por costumbre, porque si fuera así, no se lo tomaba hasta arriba ( 300 ml de leche con sus cereales ).

Algún día llega esa noche tan deseada en la que el angelito no se despierta, esa noche que se cuenta con los dedos de las manos y llega sin avisar, pues bien, la que se despierta soy yo. Me despierto, y me desvelo, porque el churrumbel no dio señales de vida. Yupiiii. Y otra noche perdida sin dormir 6 horas seguidas.
No me importa que se despierte, tardo unos 10 minutos en prepararle el bibi, dárselo, cambiarle el pañal y lavar el bibi. Lo peor viene después. Ahora le da por gritar que no quiere dormir. Y eso no lo soporto. No entiende la hora que es y, aunque se caiga de sueño, sigue queriendo juerga.

Esta es una de esas maravillas de ser padres que vamos descubriendo poco a poco.

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