Oficialmente estoy en la mitad de mi embarazo, eso si llego a la semana 40 ya que dicen que las que ya fuimos mamás el segundo parto se adelanta, lo mismo que nos dicen que al ser primerizas el parto se retrasa, pero está comprobado que eso no es una ciencia cierta.
Lo cierto es que me encuentro mucho mejor, la barriga de momento no me molesta, puedo coger a mi peque en brazos, no tengo náuseas aunque a veces vomito, sobretodo cuando me cepillo lo dientes, pero son casos aislados. Sí noto que me encuentro más cansada, es que mi anterior embarazo no tenía que pelear con un pequeño monstruito de casi 3 años que tiene más energía que el conejito de pilas duracell.
Hicimos la ecografía de la semana 20 y, aunque ya sabíamos que era un niño porque me hice el test no invasivo, se confirmó visualmente que sí es un niño.
Aún no noto sus movimientos de forma clara y sobretodo no se manifiestan en el exterior, por eso mi pequeño aún sigue diciendo que es un bebé imaginario.
Lo que noto son esos gorgoteos o mariposas que describen muchas mamás, pero no siempre lo siento, aunque en la eco se veía que no paraba.
Nos dijeron que todo estaba bien salvo que tiene un pequeño quiste plexo coroidal. Significa que puede que nazca con alguna cromosomía como es el síndrome de Down o síndrome de Edwards o simplemente es inmadurez del sistema nervioso. Al parecer esto ocurre en el 90% de las veces, que se ve demasiado pronto. Esto no nos lo esperábamos y nos descolocó un poco. Sí nos tranquilizó saber que la prueba de test no invasiva ha dado resultado bajo a las cromosomías que puede que padezca, pero aún así no me quedaré tranquila hasta que llegue la segunda eco, dentro de cuatro semanas, para ver si se ha deshecho.
Que te digan que tu bebé está bien es lo que todos los padres deseamos oír cuando vamos a las ecografías y revisiones. Pero cuando dicen que hay un problema todo nuestro mundo se tambalea.
Espero que dentro de cuatro semanas pueda contaros que mi pequeño se encuentra bien.
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