SEMANA 23

Ya estamos en la semana 23.
La verdad es que el tiempo se me pasa volando. Desde que el peque empezó al cole las semanas vuelan.

Los cambios en mi barriga ya son evidentes, siento a mi peque moverse, aunque no todo el tiempo, pero ya se mueve. Ya tengo ganas de verle en la próxima ecografía.
Y sí, todavía no tenemos nombre, no sé porque todo el mundo se empeña en que ya tiene que tener nombre, pero la verdad es que no tenemos ni idea de como vamos a llamarle.

En este post os quiero contar como llevo mi segundo embarazo.
Todas las mamás de los compañeros de mi peque me preguntan como llevo este segundo embarazo, pues bien, es más duro este segundo embarazo.

Para mí este segundo embarazo se diferencia del primero en que tengo otro peque a mi alrededor que necesita atención. En mi primer embarazo la que necesitaba atención era yo. Si quería dormir dormía, si quería salir a pasear salía y si no quería salir no salía, tenía libertad para hacer lo que quisiera.  Pero ahora, no.

No duermo por las noches porque mi peque se despierta, y si no se despierta me desvelo, luego lo tengo que levantar, vestir, preparar desayuno para los dos e irnos el cole.
Lo dejo en el cole, vuelvo a casa y hago las tareas, que cada vez se me hacen más cuesta arriba, y cuando me doy cuenta es la hora de comer, yo como primero, y de vuelta al cole a recogerle. Pero lo que peor llevo es la tarde porque no puedo sentar tranquila a descansar. Ni siquiera puedo echar un pigazu porque cuando nos damos cuenta merendamos y otra vez a la calle, al parque, yupiiiii.

De vuelta en casa baño, cena y me quedo frita en el sofá. No me da tiempo a nada más. Me quedo rota.

Esto es lo que peor llevo de este embarazo, el agotador cansancio. Pero lo peor es que sé que luego no va a mejorar. Porque después tendré a otro peque entre mis brazos que necesitará más atención todavía. Pero las alegrías te nos da ahora nuestro peque, y las alegrías que nos esperan con los dos, no las cambiamos por nada.