Aquí el buen padre ha tomado la decisión de quitar el chupete al peque.
Y sí, fue él, porque si es por mí aún seguiría hasta con pañal.
Una vez me decidí a quitarle el chupete y fue todo un fracaso. Se pasó dos días sin dormir la siesta con la consecuencia de que después estaba inaguantable, pero al llegar la noche, la cosa no mejoraba. Se pasó dos noches despertando cada tres horas, lo mismo que cuando era un bebé y yo con él.
Me sentía agotada todo el día y sin fuerzas para aguantar. Lo que supuso que me rindiera y le volviera a dar el chupete.
Pues esta vez la cosa no mejora.
Se despierta todos los días a las 4 de la madrugada llorando, gritando, quiere ir a jugar, quiere bibi, agua, leche, todo en uno y así durante 30 minutos de insoportables gritos y lloros.
Y cuando por fin conseguimos que se calme, se despierta a las 7 de la mañana diciendo que no quiere dormir más.
La que no puede más soy yo. Sé que es bueno para él que ya no use chupete ni biberón, pero este proceso es muy duro. No sé cuanto más puedo aguantar. He descubierto que no tengo paciencia sobretodo cuando me quitan horas de sueño.
En fin, todo sea por su bien y espero que sólo sea una fase y que pase pronto.
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